El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados…
Federico García Lorca


…oh
Nautilus, tu alada dinastía,
la redonda ecuación en que navegas
deslizando tu nave nacarada…
Federico García Lorca


En la estación marina

su caracol de sombra circula como un grito.
Federico García Lorca

ESPIRAL DE VIDA

 

Mis anaqueles cuidan muchos libros
y lucen caracolas
recogidas en playas
entre ola y ola
buceando en el fondo
del inmenso Atlántico.

De los mercaderes del mar huidas
añaden su frescura natural,
pequeña colección de caracolas,
las que siempre me inspiraron palabras,
fantasías en mi mente infantil.

Pegada a mis oídos
imaginaba historias
entre sus gratos zumbidos marinos.
De pronto,
receptora de mil sonidos
era sirena
tortuga
estrella de mar
nautilus
banco de coral

pez de color azul
que envuelta aleteaba
entre destellos índigos de agua.

Me hablan las caracolas
un lenguaje secreto entre nosotros
sonidos que conozco.

Un lenguaje que mi bebé
parecía conocer
antes incluso
de aflorar a este mundo
aprendido en mi vientre
desde mis reflexiones,
oídas del cantar de caracolas
grabadas en mi seso
y en mi sangre
corriendo por las venas
hasta llegar a sus venas exiguas
de su aún diminuto cuerpecillo
encerrado en mi útero.

Esa estrella de oleajes
germen de la vida
origen de caracolas, símbolos de
femenina matriz
donde el sonido del mar se cobija
espirales de ritmos de la vida
donde vida y muerte se entremezclan
depende si la espiral la recorres
hacia adentro
o hacia afuera.
Son las rosas del mar.

En mis sueños viajo
como fundida en una caracola
como un poema íntimo
que reconstruye el mito
del nacimiento de Venus.

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