Andar cerca del mar y en sus orillas
arrancar los arcos que lo cercan
y derribar murallas,
diques,
celdas,
los muros que le quitan libertad,
y expandirse más allá del horizonte.
Y se lleva el viento esa tapia de nubes
para que pueda reflejarse el cielo
en sus aguas
y el globo aerostático a rayas
donde viajo,
aflorar desde arriba y sentir la alegría,
otear a los peces,
rocas,
coloridos corales,
las barcas azules de pescadores,
los barquitos de vela,
la suave brisa entreabriendo a mis ojos
cada puerta, a un lozano existir.
Brisa que trae fragmentos de silencio
y esa luz que devuelve el asombro.
Hoy vuelo en este globo, batiendo
mis brazos, cual Ícaro con alas de seda,
me aúpo en lo más alto.
Gozosa recupero
aquellos anhelos,
aquella dicha despreocupada,
aquella felicidad inocente.