Cuando sintió en su alma carecer
de la honradez consigo,
cuando echó de menos
la caridad consigo,
creyó perdido el cielo de sus días,
oculto el rastro de su vocación,

de lleno la abordó
el recuerdo admirable
de sus predecesores.

Por eso echó agua
al fuego de su particular guerra.

Prendió llama a la mecho de sus ganas
de descubrirse

real

genuina.

Cuando la rabia es tu dueña
hace enojo en tu mundo,
no repara en razones
provocando brotar lo inoportuno
fluyendo frases soeces en tu mente.

El dislate se adueña del lenguaje
la vida se torna estéril,
tu pensamiento ahora es tu enemigo.

Anida en ti el espanto monstruoso de la inquina,

y te abruma la suciedad del mundo,
una caricatura del ser, de tu ser,
que mata con su velo el sosiego,

el pasado advierte al presente

si traspasas el caos sin perderte en su bruma
si rescatas trozos, de la honestidad pasada
si atrapas tu conciencia con su dormida ética
si acatas la sentencia de caridad contigo,

si serenas la casa dentro de tu piel,

percibirás la fuerza

en el lento y silente anochecer.

Hoy pinto claros de Luna en mis ojos,
que vuelven enigmáticos
de la página ingrata de la vida.

Hoy pinto margaritas con mi boca,
las llevo a las aguas eternas de Cortadura
apremiando la arena caliente hasta la orilla
y me adentro feliz
con ramilletes que otorgo a esas aguas
y al amor de mis padres.

Hoy pinto notas musicales con mis oídos,
abro el balcón, que resuenen al viento
y vuelvan a mí crecidas como eco
en este boomerang que es la vida
que nos agita.

Hoy pinto letras en mis cuadernos que
me atrevo a desnudar entre palabras
que voy formando y predicar con ellas
la amistad,

la que se va y no vuelve,

la que la muerte para siempre te arrebató,

la otra que derrumbándose está,

o aquella que volvió desde tan lejos
y me llegó de nuevo
al encogido corazón…

…hoy pinto escalinatas,

porque quiero

bajarme de este irrazonable mundo
que abre heridas de espinas
como profundos cortes de cristal.

Agua,

cristalina llueve sobre el planeta
detrás deja su estela de bonanza
el rocío en los campos de amapolas
eternas arboledas de frutales,

las espigas y brotes de los nuevos olivos

colmando de vida los embalses
alimentando el cauce de los ríos
de nieve las montañas
los glaciares
germen de manantiales
acuíferos
géiseres
y lagos,

haciendo brotar verdes las praderas
cristal líquido que fluye donde altas montañas,
desde el azul del cielo por el celaje oculto.

Agua

que corre torrencial por las laderas
caudal de energía de vida intrínseca.

Agua

atrevida y libertina en el mar
donde el baño me cura
despierta mi latido
se adueña de mi paz y el hilarante descanso.

Agua,

me aúpo en su alta y espumosa ola
dejo llevar en su flujo mi cuerpo
que deposita en la arena orillada.

Agua

ágil, vaporosa, vuelve a las nubes,
el sol, sus rayos la elevan sumisa
hasta la altura que dicten los aires,

y luego vuelve, agua

vuelve serena

a seguir donando vida a esta Tierra.

Luces ese resplandeciente estigma
de haber nacido artista.

Todo desaparece
cuando llega la inspiración,
peleaste contra ti,
contra el pincel,
por labrar tu pintura,
también contra las letras.

Nunca pintó sus sueños,

pintó su propia vida

pensando en su devastado interior,
la piel que luego nombraría
como su misma piel,
con su mismo nombre, en el trasunto
de la consternación y su desdicha,
su mala suerte.

Más, nadie la adivina.

Nos invitas a ti, a contemplarte
en tu obra amable,
intentando olvidar la soledad
de tu infancia
como si no te hubieses percatado
del duro sufrimiento y desazón
rondándote perpetuo
el ciclo de tu vida
inevitable como el desamor,
como la tormenta que intensa cruje
y sabes que después desaparece
dejándote la calma
y úna nueva esperanza.

Sin vanidad ni pesadumbre cantaste,
te bebiste la vida,
disfrutaste el deseo y la pasión,
aromas de otros labios
de otros cuerpos transpirando unidos junto al tuyo

Como luna de papel que se rompe
y no vuelve

a componerse igual.

A Frida Kahlo.