Poesía

Luz de luna VIII

En diversas religiones, el astro rey amerita su título en el panteón divino, pues el dios sol suele ser dios de dioses. Más discretas, las deidades asociadas a la luna, habitualmente femeninas, son relegadas a un lugar secundario. La principal explicación de esta diferencia de trato se encuentra no tanto en la jerarquía entre sexos como el la importancia del elemento solar para la supervivencia de estas civilizaciones y, en definitiva, de la especie humana. La noche y su fiel compañera, la luna, se identifican con lo extraño, mágico y desconocido…

Hablo a la Luna

Desde el balcón
contemplo a la Luna
y la hablo:
—Estoy aquí, en la Tierra, compañera.

Le pregunto cómo avista desde allí
la explosión de los misiles cuando caen,
si de algún modo advierte los gritos de dolor.

Cómo percibe las llamas del caos.

Si le aflige el llanto de los niños,
el rugido del hambre,
la pena y al clamor de los ancianos.

Si lamenta la barbarie humana.

Compra cultura, compra poesía.