Porque la paz depende de nosotros
libamos la nívea sed,
succionamos gotas de deseo
que se vuelve ansia y voz,

penetra entre los pensamientos
librando una batalla
amortiguando los gritos
donde combaten los conflictos
que enervan y arrojan grietas
negras, en la paz de los días
nublados, nieblas sin razón,

omitimos razón y luz
sobre reflexiones y análisis
que no pasan exámenes
en conciencias caducas,
como tercas discordancias
que locas serpentean
provocando las grietas
que atraviesan, rompen la paz,

paz necesitada de fuertes puentes
que nos alejen del abismo,

abismo que desaparecerá tras compartir
raíz, cimientos por la convivencia.

Convivencia por la paz, en la paz.

Convivencia por la paz, en la paz.