Creando presente

En la ladera Sur
de la colina de la Alhambra
donde volvió a germinar
la luz de su poesía
solitaria en sus versos
al fresco del balcón
teje el asombro con sus palabras.

Una tarde cualquiera de noviembre
bajo la mirada de la Luna
que de sangre se le antoja
la poeta persevera,
no abandona en la velada amenaza,
se centra en consumir
esa luz que le quema
antes de la esperanza,
creando su presente
con la pluma virtual
y en su mar una barca
solitaria en la orilla
espera su llegada

y la de nuevos versos
vocalizando estrellas.

Becquer y los ojos

Quisiera poder mirarte a los ojos.

Leer tu viva mirada, profunda
como los valles de los bravos ríos,
adivinar el mismo amor intenso
y aprender de ti, lo sublime
de tus versos románticos,
lo inasible de tu poesía,
llenar y seducir la imaginación,
de hermosos y armónicos acordes
como sonora melodía que te trae
de nuevo hasta nosotros,
y como tono íntimo al oído,
la piel del deseo, esa chispa
que hace brotar el frenesí,
una palabra clara que luego huye
sin retórica y libre de artificio,
como centella inflamada que brota
al choque de pasión y sentimiento.

Vuelvo a tus ojos, ojos
que se adentran en los otros ojos
para cantar poesía y arraigarla
en un hueco del corazón.